viernes, 19 de octubre de 2012

La leyenda del CEIP Alfonso X el Sabio

LA LEYENDA DEL COLEGIO ALFONSO X EL SABIO

Por Esther Meseguer e Iris Montes

Erase una vez… un pueblo precioso en el que todos trabajaban en las minas de carbón. Y cuando digo todos quiero decir todos, incluso los niños y niñas. En ese bello lugar, no había ninguna escuela y desde que aprendían a andar los niños y niñas comenzaban a realizar tareas en las minas como llevar agua o transportar cosas poco pesadas. Luego, poco a poco, llevarían cosas cada vez más pesadas. Tras unos pocos años, realizaban todas las actividades de los adultos.

En ese pueblo, nació un niño llamado Alfonso… su papá se llamaba Alfonso y su abuelo también, al igual que su bisabuelo y el padre de éste y así hasta nueve… y él era el Alfonso número diez, es decir, Alfonso X.

Alfonso comenzó a trabajar al igual que sus amigos Juan, Antonio, Adam, Luna, Lucía, Safaa… Uno de sus amigos, Juanjo, aprendió de su padre a conducir el tren del carbón y en seguida, tuvo un trabajo mejor que él.

Luego su amiga, Mª Isabel, aprendió de su papá a hacer pan y dejó la mina para trabajar en la panadería.

Después se enteró que Yerai había aprendido a sumar y restar y le habían encargado de saber cuánto carbón sacaban cada día, que Mariem había aprendido a escribir y se dedicaba a escribir todo lo que pasaba en el pueblo y que su hermana Fatima se dedicaba a leérselo a todos los que no sabían leer.

Alfonso X que era muy listo se dio cuenta que todos los que aprendían más cosas que el resto tenían un mejor trabajo que el suyo y menos duro. Alfonso X decidió que iba a aprender todo lo que pudiera de todos los que conocía.

Y aunque le costó mucho trabajo porque nadie le enseñaba sino que sólo aprendía lo que veía, Alfonso X consiguió aprender a llevar el tren del carbón, a hacer pan, a construir casas, a contar, a escribir… todo lo que los habitantes del pueblo sabían… y por aprender de tantas cosas diferentes todos en el pueblo comenzaron a llamarlo Alfonso X el Sabio.

Un día, ya siendo mayor Alfonso X, quiso reunir a todos sus amigos, aquellos con los que jugaba cuando salía de trabajar en la mina.

Algunos seguían sacando carbón de la mina, otros habían aprendido otros oficios y ya no entraban en la mina. La mayoría de ellos tenían ya hijos o hijas… y todos decían que los suyos eran los más listos. Los que aún trabajaban en la mina estaban muy preocupados por ello, sabían que a sus hijos sólo les podrían enseñar el trabajo más duro, el de la mina, mientras que los que ya no trabajaban en ella, les enseñarían a sus hijos lo que sabía, y así nunca tendrían que trabajar en oficios tan duros como la de ser minero.

Alfonso X vio que aunque fueran listos nunca podrían hacer otra cosa que lo que hacían sus padres o madres y no le gustó. Así que le dio vueltas y vueltas a su cabeza y pensó que si había un sitio que enseñara todas esas cosas, cualquier niño o niña podría aprenderlas al margen si sus padres las sabían o no. Así que decidió construir un edificio grande para todos los niños y niñas del pueblo donde pudieran aprender un poco de todo.

A ese edificio le llamaron colegio. Alfonso X llevó a maestros y maestras para que enseñaran muchas cosas a los niños y niñas del pueblo,

La gente del pueblo comenzó a llamar a ese edificio "colegio Alfonso X El Sabio" en honor al que lo había construido y llevaron a todos los pequeños y pequeñas del pueblo a él para que aprendieran muchísimas cosas y que así cuando fueran grandes pudieran elegir qué querían hacer. Así fue como los más trabajadores, los que más aprendieron pudieron elegir qué querían ser de mayores, mientras que los más vagos, los que no querían hacer nada en el colegio, los que no querían aprender… de mayores seguirían haciendo los trabajos más duros, los que nadie quería hacer o lo que les daba miedo a sus padres.

El colegio siguió dando la oportunidad a todos durante años y años… tantos, tantos años que hoy día sigue dándosela a todos los que quieren aprender… Ese colegio es el nuestro colegio: el "CEIP Alfonso X El Sabio" de La Unión.

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